Mi villana favorita
Las raíces del mal, por más que cambien los tiempos y, con ellos, las herramientas para narrar una misma historia, el impacto en la cultura popular que consigue Disney con cada nuevo título que nos presenta sigue siendo tan inmediato como difícilmente mensurable. En este sentido, el cuento de la bella durmiente del bosque resulta de lo más esclarecedor. No importa que la leyenda de la princesa Aurora y su maldición se pierda en la noche de distintas mitologías (Islandia, España, Francia, India, Alemania, Italia…) o haya sido contada previamente por escritores tan populares como Charles Perrault o los hermanos Grimm: ninguna de estas narraciones podría permanecer en la memoria colectiva de la manera en que lo hacen las inolvidables escenas del clásico animado de 1959. Tal es el poder del cine y, sobre todo, del «hechizo Disney». Y es que no existe en Hollywood un estudio que iguale la capacidad de la casa de Mickey Mouse para practicar el atavismo y presentárnoslo como algo novedoso. En el caso de Maléfica (Robert Stromberg, 2014), el mérito recayó en dos mujeres sin las que esta versión high camp del simbólico relato no hubiese sido posible: la guionista Linda Woolverton, que volvió a demostrar su notable capacidad para reinventar las fuentes tradicionales —como ya hiciera en La bella y la bestia (1991)—, y la hipnótica Angelina Jolie —imposible imaginar ahora a otra actriz en la piel de la atribulada villana—. Así, si Maléfica ha logrado destacar en el carrusel de revisiones live-action del catálogo de clásicos Disney es gracias al trabajo radical de ambas: Woolverton, desenterrando las raíces del mito; Jolie, las del icono animado. Ni vivieron felices, ni comieron perdices. Maléfica: Maestra del mal se sitúa algunos años después de lo transcurrido en la primera entrega y, lejos de mostrarnos a una princesa acomodada y conformista que vive su vida en paz y felicidad, la película dirigida por el noruego Joaquim Rønning —firmante de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar y las más que interesantes Max Manus y Kon-Tiki— se apresura a subrayar la complejidad política de su situación —otro acierto de Woolverton, que repite como guionista—. Dividida entre el Reino de los Humanos y el de las Criaturas Mágicas, Aurora (Elle Fanning) verá cómo su amor y la alianza entre su Casa Real y la de Ulstead, regentada por la reina Ingrith (Michelle Pfeiffer), se verán puestos en peligro ante la negativa de Maléfica a aceptar su boda con el príncipe Felipe. Impacientes por descubrir cómo acabará este «juego de tronos», el explícito título del tema central de su banda sonora, compuesto por Bebe Rexha, ya nos da alguna pista al respecto: «You Can’t Stop The Girl». Por si alguien lo dudaba todavía. ANTONIO ULLÉN