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EL GENIO DE WILL SMITH

Con sus características orejas de soplillo, amplia sonrisa y personalidad bromista, Will Smith sigue siendo una gran estrella. Se hizo famoso hace más de tres décadas con ese adorable granuja de El príncipe de Bel-Air, y ha ascendido con éxito a los puestos más altos del firmamento cinematográfico (y musical).

¿Hay un hombre que haya salvado el planeta Tierra más veces que Will Smith? Nos ha protegido de invasiones alienígenas, de la dominación de robots y ha luchado contra un buen número de canallas. A menudo pasando una y otra vez de papeles principales en gran-des producciones de acción a descaradas comedias románticas, cuesta creer que el éxito le llegara allá cuando en 1985 firmó para protagonizar una telecomedia. ¿El nombre? El príncipe de Bel Air, claro. Al mismo tiempo, la carrera musical que desarrolló junto con su compinche Jazzy Jeff le procuró un éxito mundial, pero este solamente sirvió como preludio a la imagen de estrella del cine que ha unido a generaciones, personas y géneros. «Tuve suerte de estar ahí en un momento en que la gente necesitaba algo de energía y, bueno, chorradas—dice Smith riéndose—. Los ochenta estuvieron bien en algunos aspectos, pero fueron lamentables en otros: había mucha desigualdad, y hubo problemas políticos potentes... Rusia, el muro de Berlín, el Apartheid. Había muchas razones por las que la gente necesitaba levantar un poco los ánimos. Cuando llegó El príncipe de Bel-Air se convirtió también en una inspiración: significaba alzarse y tener éxito a través de la creatividad y el humor, así que era fácil atraer a la gente a ese mundo.»

 

En el remake de Aladdin Smith aparece con la cara azulada, una imagen que ha polarizado la opinión, pero el actor se lo toma como un cumplido: «Creo que tienes que salir y ser valiente, intentar hacer cosas nuevas—dice—. Cuando te enfrentas a personajes que ya existen siempre resulta fácil hacer comparaciones, así que es como si estuvieras en desventaja con respecto a lo que se hizo en un primer momento. A mí eso me da lo mismo... De hecho, me encanta ese reto, ¡igual que le pasa a Guy!», prosigue refiriéndose a Guy Ritchie, que dirige esta osada nueva versión.

 

Tras un período apartado de la pantalla durante el que su vida privada ha captado más titulares que sus habilidades interpretativas, el actor de 50 años ha vuelto con una sarta de películas en 2019, entre las que se incluyen una nueva versión de un clásico de Disney que ha recibido algunas críticas contradictorias. ¿Will Smith... Disney? Hay que analizar esto más atentamente.

Es lógico que, en el presente, Smith se muestre indiferente ante el peso de las expectativas. Admite que también estuvo preocupado por la opinión del público tras una magnífica racha de éxitos cinematográficos a finales de los años 2000. «Creo que cuando estás obsesionado con la reacción del público acabas tomando malas decisiones. Intentar satisfacer a otra gen-te todo el rato, en lugar de tus ambiciones. Acaba sofocando tu propia creatividad y, en cuanto una de esas películas te falla, no tienes nada en lo que apoyarte —explica—. Estaba dejando que me definieran por lo que otra gente pensaba de mis filmes. Creo que la cinta Focus fue la primera que abordé simplemente por las personas que estaban implicadas en ella, simplemente para divertirme, por pasármelo bien. Me daba igual si era o no un éxito, me daba igual si era el número uno o el diez. No podía seguir permitiéndome que me definieran por el éxito o fracaso de mis cintas. Fue enormemente liberador para mí trabajar en Focus sencillamente para pasármelo en grande...». Resultó que la película fue un encomiable éxito, pero se puede decir que la lección que aprendió Smith fue aún más valiosa, y por eso, su decisión de pintarse de azul y lucir una estúpida barba al final resulta de lo más lógico.

Por la misma razón, aquella antigua búsqueda del respeto de la industria por parte del actor nacido en Filadelfia también tiene sentido. Aunque ha disfrutado de dos nominaciones a los Óscar, por Ali y En busca de la felicidad, Smith aún no ha conseguido llevarse a casa ninguna estatuilla. «Es un enorme honor que te nominen para un premio de la Academia, te conviertes en la élite durante ese año. Poder decir que me nominaron es fantástico y maravilloso, pero para mí la cosa no va más allá de la diversión.» Smith se ríe al afirmar que «el par de semanas antes de los premios de la Academia son como las mejores fi estas del mundo!», pero añade que, cuan-do finalmente acaba el espectáculo, todo puede parecer algo decepcionante. «Es un cambio extraño que alguien sea mejor que los demás cuando juntos formamos un grupo maravilloso, y durante esas semanas que culminan en los Óscar te honran como un grupo.»

Puede que Smith no tenga una estatuilla dorada, pero tras una carrera que ha estado en primera plana, tiene un gran club de fans. Ahora que cumple medio siglo, este icono cultural admite que de nuevo le divierte ser Will Smith... cosa que no siempre fue así. «Las cosas me van bien ahora. Estoy pasando una buena racha. Siento que estoy en un momento de cambio, en una transición en mi vida y eso empieza a reflejarse en mi arte. Estoy nervioso por ver adónde va todo, pero es genial volver a ser yo mismo. Amo mi vida, estoy impaciente por ver adónde me lleva el siguiente río.» Por lo pronto, su siguiente parada tiene nombre propio: el desierto de Agrabah. © Walt Disney Studios