de Courtney Solomon
con Justin Whalin, Marlon Wayans, Jeremy Irons, Thora Birch, Bruce Payne
107 Minutos
No recomendada para menores de 18 años
Si alguna vez te preguntaste cómo sería jugar una campaña de Dragones y Mazmorras con un Dungeon Master con resaca que no sabe las reglas, y un grupo de jugadores novatos que sólo sacan pifia en cada tirada, aquí tienes la respuesta. Una hecatombe de proporciones ciclópeas con un casting deplorable, que cuesta creer que llegara a estrenarse.
Tras el desplante de varios directores, el productor Courtney Solomon se vio obligado a sentarse en la silla de director, sin apenas experiencia en el trabajo. Y el resultado salta a la vista: es como asistir a una partida improvisada de rol en vivo en cuatro pasillos de cartón, con jugadores completamente desubicados que no saben qué hacer con sus personajes. Así, encontramos a un desquiciado Jeremy Irons que gesticula como si le estuviera dando un calambre en cada escena, a Thora Birch vestida de Princesa Amidala de mercadillo y cuya inexpresividad solo rivaliza con el decorado detrás de ella o Marlon Wayans imitando a Jar Jar Binks y a Eddie Murphy al mismo tiempo.
Con efectos CGI primitivos incluso para el año 2000, es un ejemplo paradigmático de cómo destrozar con saña y vileza una gran licencia, aunque afortunadamente sus grandes dosis de comedia involuntaria compensan el martirio.